Ácido Hialurónico y Ácido Glicólico: Desentrañando a los Activos Estrella del Cuidado Facial

En el vasto universo del cuidado de la piel, pocos ingredientes han alcanzado el estatus de "activos estrella" como el ácido hialurónico y el ácido glicólico. Aunque ambos son pilares en las rutinas de belleza, cumplen funciones fundamentalmente diferentes que los hacen complementarios, mas no intercambiables.

Ácido Hialurónico: Un Humectante de Múltiples Dimensiones

Es un humectante natural que atrae y retiene grandes cantidades de agua. Su comportamiento varía con el peso molecular:

Tipo de Ácido Hialurónico	Tamaño Molecular	Penetración en la Piel	Función y Beneficios
Alto Peso Molecular	Grande	Superficial	Forma una barrera protectora, previene pérdida de agua, hidrata la capa externa.
Peso Molecular Medio	Medio	Intermedia	Hidrata capas intermedias, mejora elasticidad, reduce líneas finas.
Bajo Peso Molecular	Pequeño	Profunda	Hidratación duradera, estimula colágeno y elastina, reduce arrugas profundas.
Reticulado	Modificado	Inyectado (no tópico)	Usado en rellenos dérmicos para dar volumen y duración.

Ácido Glicólico: El Exfoliante Inteligente de la Naturaleza

Derivado de la caña de azúcar, su bajo peso molecular le permite penetrar y exfoliar químicamente la piel, estimulando además la producción de colágeno.

Concentraciones y usos

• Concentraciones ligeras (<4%): exfoliación suave y mantenimiento.
• Concentraciones moderadas (8–10%): combate signos de envejecimiento y manchas.
• Concentraciones intensas (hasta 30%): peelings profesionales, uso supervisado.

La Sinergia Perfecta

La combinación lógica es aplicar ácido glicólico (típicamente en tónico o sérum) para exfoliar y, a continuación, un tratamiento con ácido hialurónico para restaurar la hidratación y calmar la piel. Siempre usar protector solar diario al usar glicólico y evitar mezclar con retinoides potentes en la misma rutina.